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Tras varias rebajas, Michael Douglas aun no logra vender su casa en Mallorca

07/07/2017 - El actor puso a la venta 'S’Estaca', su propiedad de 1.000 metros cuadrados en el oeste de la isla, por 50 millones de euros en 2014.

ESPAÑA.- Once dormitorios, 10 baños, 1.000 metros cuadrados de superficie construida y 100 hectáreas de terreno. Así es, a grandes rasgos S’Estaca, la propiedad que el actor norteamericano Michael Douglas posee en la costa oeste de Mallorca y que lleva ya tres años en el mercado inmobiliario. La propiedad salió a la venta en 2014 por un precio de 50 millones de euros, que se rebajó hasta una cifra cercana a los 40 millones a finales del pasado verano y que ahora figura en el catálogo de una inmobiliaria de lujo por un precio de 36,5 millones de euros.

Ni los tres años que lleva a la venta ni las sucesivas rebajas de precio ni los agentes que han intentado cerrar la venta le han servido al actor para cambiar de manos la propiedad, que figura en al menos dos muestrarios digitales de empresas inmobiliarias que se dedican a la venta de grandes viviendas de lujo en la isla. En uno de ellos, S’Estaca aparece descrita como una propiedad “indescriptible y única” con las más “espectaculares y románticas” puestas de sol de la isla, de las que se puede disfrutar todo el año. Y que Douglas se ha encargado de mostrar en alguna ocasión en su perfil de Facebook.

La inmobiliaria explica que S’Estaca se compone de siete unidades independientes con una casa principal que data del siglo XIX, adquirida en 1867 por el archiduque Lluis Salvador que la reformó y amplió tras inspirarse en las Islas Eólicas de la costa noroeste de Sicilia. Destacan las propiedades de las amplias zonas verdes que rodean las edificaciones, que cuentan con la flora propia de un jardín mediterráneo compuesto por palmeras, almendros, árboles frutales, olivos, viñedos y bosques. La propiedad tiene, de hecho, una bodega propia y un acceso directo al mar mediante un embarcadero privado.

Douglas es un asiduo del verano mallorquín desde los años ochenta, cuando compró la casa junto a la que entonces era su mujer, Diandra Luker, por un precio de cuatro millones de euros a los después tuvieron que sumar los costos de una amplia reforma. Tras su divorcio 11 años después de haberse hecho con la finca, la expareja acordó que disfrutarían de ella por turnos y cada uno podría visitarla durante seis meses al año. Desde entonces, el actor ha rebajado sus estancias en la isla, que se han reducido a unos pocos días al año.

Fuente: El País 



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