lunes 22 de diciembre de 2025

Mercado inmobiliario

Costos altos y nuevas estrategias: cómo cerró 2025 la construcción privada y qué se espera para 2026

El valor del ladrillo como activo en dólares se mantuvo firme y comienzan a delinearse nuevas oportunidades de cara a 2026, especialmente en regiones vinculadas al crecimiento energético y minero.

El sector de la construcción privada cerró un 2025 atravesado por múltiples desafíos. La suba sostenida de los costos de obra, la dificultad para trasladarlos plenamente a precios finales y una demanda que no logró acompañar el ritmo esperado pusieron presión sobre la rentabilidad de los desarrollos inmobiliarios.

A pesar de este escenario, el ladrillo volvió a mostrar su fortaleza como resguardo de valor en dólares, un factor que sostuvo el interés de inversores tanto locales como internacionales. Así lo destacó Damián Tabakman, presidente de la Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos (CEDU), al realizar un balance del año que finaliza.

“El sector cerró un año desafiante, con costos elevados, presión sobre la rentabilidad y un mercado que no acompañó el ritmo deseado. Sin embargo, el valor del ladrillo como activo en dólares se mantuvo, generando interés entre inversores locales e internacionales”, señaló el directivo.

Propiedades usadas y crédito hipotecario

Dentro del mercado inmobiliario, el segmento de propiedades usadas fue el que mostró mayor dinamismo durante 2025. Según explicó Tabakman, este comportamiento estuvo fuertemente impulsado por la reactivación de los créditos hipotecarios, que permitió canalizar parte de la demanda hacia unidades ya existentes, en un contexto donde los desarrollos nuevos enfrentan mayores dificultades por el desfasaje entre costos y precios.

“Mientras tanto, el desfasaje entre los costos de obra y los valores de venta abre espacios para el análisis y la definición de nuevas estrategias”, analizó el presidente de la CEDU, al referirse a la necesidad de replantear modelos de negocio y esquemas de inversión.

Qué se espera para 2026

De cara a 2026, el mercado inmobiliario comienza a mirar con mayor atención la evolución de otros sectores de la economía real. En ese sentido, Tabakman señaló que las oportunidades empiezan a concentrarse en regiones con fuerte crecimiento energético y minero, donde la expansión de la actividad productiva genera una demanda creciente de viviendas, oficinas y servicios.

“Este cruce entre la economía real y el real estate puede consolidar nuevos focos de desarrollo urbano”, sostuvo el directivo, al anticipar un escenario en el que el crecimiento territorial estará cada vez más ligado a los polos productivos.

En un contexto todavía marcado por la cautela, el desafío para la construcción privada será adaptarse a un nuevo mapa de oportunidades, con mayor foco en la planificación, el análisis de costos y la identificación de mercados donde la demanda esté respaldada por el crecimiento económico.