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Hoy declara Cristina por la causas de corrupción, Báez y hoteles

31/10/2016 - El juez le preguntará sobre los contratos y transferencias que les hacía a los Kirchner su socio Lázaro Báez y también sobre el modo en que sus gestiones lo enriquecieron.

ARGENTINA.- Néstor Kirchner asumió como Presidente de la Nación hace cuatro mil novecientos ocho días. Equivalen a trece años, cinco meses y seis días empezando a contar desde el 25 de mayo de 2003. Cristina Fernández lo sucedió en el puesto el 10 de diciembre del 2007. Pasaron tres mil doscientos cuarenta y ocho días. Mañana, si nada cambia de improvisto el cronograma judicial, la ex Presidenta declarará por primera vez en calidad de imputada en una causa de corrupción en la que se la investiga como líder de una asociación ilícita que generó una “matriz” para ganar dinero de modo ilegal gracias a la obra pública otorgada a “empresarios amigos”, que luego beneficiaban a su familia con negocios privados. El principal empresario amigo investigado es Lázaro Báez. Fue su socio en los papeles durante los años de fulgor en el poder.

Además de ser acusada de liderar una asociación ilícita, la ex Presidenta será indagada, si es que acepta hacerlo, por el potencial delito de “administración infiel en perjuicio del Estado Nacional”.

Los fiscales Gerardo Pollicita y Juan Mahiques escribieron tres dictámenes con cientos de pruebas documentales que indican, según su versión, que Cristina usó al poder del Estado para enriquecer a Báez. ¿Se defenderá Cristina Fernández en la Justicia de esas acusaciones después intentar evitarlo durante años? Las fuentes del caso consultadas al respecto creen que no. Desde su entorno dejaron trascender que, a lo sumo, expondrá un monólogo a modo de defensa, no en el sentido técnico, pero sí en el político. Y que no respondería preguntas.

El juez federal que la citó a declarar tras las pruebas recolectadas por los fiscales es Julián Ercolini. Si Cristina elige defenderse de ese modo, lo más probable es que el magistrado, que no suele tomar decisiones sin fundamento ni a velocidades extrañas, termine por procesarla. Será dentro de un tiempo.

La causa “CFK” incluye un cronograma de indagatorias que termina el mes que viene. Pasado mañana, por ejemplo, declarará en el mismo expediente Báez.

¿Qué dirá el empresario si su socia no lo defiende ante un tribunal?

¿Ella tiene margen para defender su accionar?

La ex Presidenta llegará a Tribunales a las diez de la mañana, acompañada por su militancia. No va a ningún lugar público sin esas legiones que le cantan vítores cuando se muestra en lugares públicos. No habrá escenario montado en Comodoro Py 2002, sede de los tribunales federales (al menos no estaba pensado hasta ayer), para que ella de un discurso similar a los que solía pronunciar cuando estaba en el Gobierno.

Suena a contradicción, pero la ex Presidenta ya lo hizo hizo cuando declaró en la causa conocida como “dólar futuro”, instruida por Claudio Bonadio. Terminó procesada.

Cristina se sentará frente a Ercolini y los fiscales y le leerán los cargos y hechos por los que está imputada. Escuchará su segundo nombre, algo que no le gusta que le ocurra: Elisabet. Obligaciones jurídicas.

¿Cuáles son las preguntas más complicadas que debería responder la ex Presidenta? Los fiscales basaron su acusación contra ella en varios pilares centrales de la investigación.

Uno es el modo evidente con el que Néstor Kirchner y ella misma enriquecieron desde el Estado a quien fue su socio, Báez, hoy preso por lavado de dinero. Las matemáticas y la documentación recolectada por Pollitica y Mahiques aseguran que en 2003 Báez era monotributista. El 8 de mayo de ese año fundó la constructora Austral.

Doce años después, por medidas, licitaciones y adjudicaciones aprobadas por el Poder Ejecutivo, Báez había hecho crecer su facturación de bienes en un 47.678 por ciento. Los últimos tres números coinciden con el nombre del principal programa de propaganda estatal de la era Kirchner difundido por el canal público. Desde esa tribuna de alabadores metódicos del “cristinismo” se elaboraban teorías positivas y elegías hacia el plan de infraestructura liderado por la socia de Báez. Casualidades financieras.

Pollicita y Mahiques basaron sus dictámenes y su ampliación probatoria en contra de la ex Presidenta en una denuncia sobre el tema que realizó la actual gestión de la Dirección de Vialidad Nacional.

Ese documento indica que los Kirchner licitaron y adjudicaron en Santa Cruz el presupuesto de obra pública equivalente con el que beneficiaron a ocho provincias: “La Pampa, Tierra del Fuego, Jujuy, San Luis, Catamarca, Tucumán, Neuquén y Misiones; e incluso un monto por encima del 11% ejecutado en la provincia de Buenos Aires, la más poblada y extensa de nuestro país con conocidas necesidades en la materia”.

En esas licitaciones santacruceñas de obra pública, determinaron los fiscales del caso “CFK”, las constructoras de Báez solían competir contra sí mismas.

¿Por qué?

¿Podrá explicarlo Cristina?

Los funcionarios que trabajaban en Vialidad Nacional, la Secretaría y la Subsecretaría de Obras Públicas, nunca controlaron como debían la infraestructura que supuestamente construía el socio de la Presidenta, Báez.

Pollicita y Mahiques determinaron que “menos de la mitad de las obras adjudicadas al Grupo Báez se encuentran finalizadas y registran un grado de avance del 100%, existiendo casos en los que por ejemplo, habiendo transcurrido el triple del plazo inicial y habiéndose pagado la totalidad del contrato originario, únicamente se realizó el 27% de la ruta original”.

Los fiscales le preguntarán. si es que la abogada Fernández deja que lo hagan, por qué pasó esto último: ¿Nadie controlaba al empresario kirchnerista si las rutas no terminadas en Santa Cruz estaban a la vista de todos en la provincia?



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