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Opinion

¿Por qué ceden las estructuras de los balcones? Causas y posibles soluciones.

- En la actualidad las noticias acerca de caídas de balcones son más frecuentes que hace unos años ¿Por qué sucede esto? Indudablemente es una suma de variables que pueden convivir: error de cálculo, mala construcción y por sobre todo el paso del tiempo.
Teniendo en cuenta esto, la confianza que uno deposita en los balcones depende del cálculo del profesional, de la calidad de los materiales durante la construcción y del mantenimiento preventivo posterior para evitar que -a la corta o a larga- un balcón o parte de él, se caiga. El problema de las estructuras de los balcones radica en el cemento con insertos o refuerzos de hierro común. Cuando se filtra agua, por las inevitables pequeñas grietas que el paso del tiempo genera, la humedad queda retenida en el cemento como si fuese una esponja, se rompe el equilibrio básico-oxido entre el cemento y el hierro, que finalmente se oxidará expandiendo varias veces su volumen. Esto produce el resquebrajamiento del cemento que rodea al hierro, que por ejemplo se puede observar en varios edificios viejos de San Telmo, donde preventivamente se ha demolido la parte de concreto dejando las ménsulas de hierro de los balcones a la vista. Lamentablemente, aún en etapas de construcción de edificios, se pueden observar manchas de óxido en los balcones. Un siglo atrás, se calculaba el hierro de la estructura con suficiente espesor para que aguante 100 años de oxidación. Es importante agregar que en zonas marítimas la sal está disuelta en el aire, y en la ciudad, los humos de la combustión contienen azufre. Estas sustancias con la humedad forman ácido clorhídrico y ácido sulfúrico, que atacan al hierro. El problema es inevitable, en la actualidad los cálculos se realizan más al límite y la consecuencia de esto es que la estructura dura menos que antes. Hay muchas soluciones para este problema: mejor cálculo, mejor construcción y sobre todo poseer un muy buen mantenimiento predictivo y no predictivo. A su vez, hay que tener un control especializado para estos casos, desde ensayos no destructivos hasta protecciones catódicas, todos de muy alto costo. Sin embargo, hay una serie de cuestiones prácticas que no poseen necesariamente un costo elevado: 1) Generar conciencia en los consorcios y en los vecinos sobre la problemática (sin llegar a la paranoia) para observar las grietas y sellarlas, si está al alcance de los propietarios, o denunciarlo al consorcio. 2) Ver los yuyitos que por capilaridad introducen el agua dentro del cemento, sacarlos y sellar. 3) Tener mucho cuidado con los maceteros y dónde se colocan; cerca de la pared disminuirán significativamente los esfuerzos del balcón. 4) Evitar que el agua afecte la estructura prohibiendo el baldeo de los balcones. 5) Observar los óxidos de las barandas y no re-pintarlas sin evaluar concienzudamente su estado. 6) Tener en cuenta que la humedad dentro de los tubos corre lenta pero inexorablemente. Sobre todo hay que observar los encuentros de la estructura de hierro con el cemento y ver los agrietamientos donde se insertan. Las grietas existen porque son los puntos de mayor esfuerzo y corrosión, seguramente el colapso comenzará allí. Una alternativa para evitar este problema, que se utiliza en las principales ciudades de Europa, es construir los balcones con piso de rejillas metálicas y barandas con rejas de cerramiento como una unidad estructural, galvanizados en caliente, lo que evita la corrosión del hierro. La estructura al ser abierta es más fácil de inspeccionar, no conserva la humedad, se puede forrar con planchas de plástico, madera, placas de yeso o poliestireno expandido, (con este material incluso se pueden imitar las antiguas ménsulas de cemento, para dar un aspecto clásico), o por lo contrario, dejarlas a la vista conservando un aspecto minimalista. A su vez, es una opción más económica por su construcción liviana autoportante, permite fundaciones más livianas en los edificios, posee un menor costo por metro cuadrado, y su mantenimiento posterior tiende a cero. Por Ing. Pablo Jasienovicz Gerente General de Technos S.A.

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