viernes 23 de mayo de 2025

Ajuste fiscal

Empresarios de la construcción insisten: "Solo el 15% puede financiarse con capital privado, el resto debe ser obra pública"

Gustavo Weiss, presidente de la Cámara Argentina de la Construcción, advierte que la mayoría de la infraestructura nacional requiere inversión estatal, mientras que solo una minoría puede ser financiada por el sector privado.

La obra pública ha sido históricamente uno de los motores del desarrollo económico y social en Argentina. Desde la construcción de rutas y viviendas hasta escuelas, hospitales y redes de agua potable, este tipo de inversiones no solo mejora la infraestructura del país, sino que también genera empleo, dinamiza economías regionales y reduce desigualdades sociales.

Sin embargo, en el contexto político y económico actual, la obra pública enfrenta desafíos críticos que reavivan el debate sobre su rol, financiamiento y eficiencia, sobre todo a raíz de las decisiones del Gobierno nacional de impulsar un freno a las obras financiadas por el Estado.

Desde el cambio de gobierno en diciembre de 2023, la obra pública ha sido una de las áreas más afectadas por el ajuste fiscal impulsado por la administración nacional. El objetivo: alcanzar el déficit cero. Como consecuencia, numerosos proyectos han sido paralizados o cancelados, afectando tanto a grandes constructoras como a pymes locales y cooperativas.

En el presupuesto nacional 2025 figura una reducción real superior al 70% en los fondos destinados a infraestructura. Esto ha generado tensiones con gobiernos provinciales y municipales, que reclaman fondos para continuar obras iniciadas y atender necesidades urgentes en salud, educación y transporte.

Empresarios de la construcción hablaron otra vez de la obra pública

El presidente de la Cámara Argentina de la Construcción, Gustavo Weiss, aseguró que existen numerosas obras que pueden realizarse con capital privado, especialmente en sectores como energía, gasoductos, oleoductos y generación eléctrica, donde históricamente la inversión privada ha tenido un rol central.

Sin embargo, aclaró que hay muchas otras áreas que no resultan viables para este tipo de financiamiento, como hospitales y escuelas públicas o rutas nacionales de bajo tránsito, donde no hay posibilidad de recuperar la inversión mediante peajes.

En el marco de ArMinera, Weiss explicó que a partir de experiencias internacionales analizadas por la Cámara, solo un 15% de la infraestructura total de un país es susceptible de ser financiada por privados, mientras que el 85% restante debe ser ejecutada con fondos estatales.

Según publica la periodista Soledad Gonzalez en el losandes.com.ar, el empresario sostuvo: "Hay sectores que son potencialmente muy demandados para la actividad privada. Hay muchos otros sectores que no". "En el mundo, la historia que nosotros hemos evaluado es que no más allá del 15% del total de infraestructura es susceptible de ser financiada por los privados. El 85% tiene que ser estatal".

Obra pública: La advertencia de los empresarios de la construcción

En cuanto al contexto actual, Weiss describió que "la construcción de infraestructura en el orden nacional está casi totalmente parada, con muy poca actividad" y explicó que esto se debe a que "el gobierno ha decidido privilegiar el equilibrio fiscal, el ajuste económico, el no emitir, el no gastar más de lo que se recauda".

Destacó que algunas provincias "tienen un nivel de inversión en infraestructura con fondos propios", aunque insistió en la urgencia de revertir el déficit histórico: "Hay un déficit de infraestructura en el país de largos años, de muchas décadas, que hay que tratar de revertir lo antes posible".

Sobre las perspectivas a corto plazo, Weiss fue claro: "Desde el punto de vista de infraestructura no vemos mayor cambio, hay algunas obras con bajo nivel de ejecución, pero hay muchas paradas".

En la obra privada, sostuvo que "vemos mucha actividad en petróleo y gas, un poco menos, en minería no tanto en el presente", y señaló que el desarrollo de viviendas "está tranquilo, pero hoy el problema es que para los desarrolladores los números no cierran, es decir, el costo de la construcción sumando al costo del terreno, es mayor de lo que el mercado hoy está comprando".