miércoles 27 de agosto de 2025

Economía

Situación crítica en la industria siderúrgica: tensión en Acindar y Ternium

La UOM denuncia vaciamiento en Villa Constitución mientras crece el conflicto en San Nicolás. Riesgo de cierre del alto horno y 7.000 empleos en jaque.

La situación actual golpea de lleno a dos de las principales plantas siderúrgicas de la Argentina. En Villa Constitución, la UOM denunció que la contratista Gisi retiró equipos de la planta de Acindar, en medio de atrasos salariales y reclamos por la continuidad laboral. En paralelo, en Ternium, en San Nicolás, el gremio advirtió que el conflicto podría derivar en el cierre del alto horno, con un impacto directo sobre miles de empleos y la producción de acero plano en el país.

El sindicato metalúrgico de Villa Constitución aseguró que detectó movimientos de “vaciamiento” durante el fin de semana, cuando la contratista retiró recursos y equipos sin dar explicaciones. “Acindar es cómplice de esta situación, ya que fue quien contrató a Gisi y hoy no da garantías ni soluciones”, señalaron. La empresa, por su parte, afirmó haber cumplido con los pagos y responsabilizó a la contratista por los incumplimientos.

En San Nicolás, el conflicto escaló tras vencerse los plazos de conciliación obligatoria dictados por la cartera laboral bonaerense. La UOM rechazó una nueva medida de conciliación del Ministerio de Trabajo de la Nación y profundizó las protestas. En una audiencia, el gremio alertó: “Estamos ante el conflicto más importante de la Argentina. Si no hay respuestas empresariales, no se producirá más acero plano y 7.000 trabajadores directos e indirectos quedarán afectados”.

La compañía Ternium, propiedad del Grupo Techint, no se presentó a la última audiencia convocada por la provincia y busca encuadrar la disputa en el ámbito nacional. Según trascendió, el CEO Paolo Rocca advirtió al gremio que podría cerrar el alto horno si no se levantan las medidas de fuerza.

Acindar: caída de la producción y suspensiones

La planta de Villa Constitución atraviesa un escenario crítico. Desde comienzos del año, Acindar opera al 50% de su capacidad, en un contexto de fuerte caída del consumo interno y un aumento de las importaciones de acero desde China. La compañía aplicó un esquema de suspensiones con pago del 75% del salario y lanzó un plan de retiros voluntarios para amortiguar la crisis laboral.

El parate de la obra pública y la retracción de la construcción privada profundizan el derrumbe de la demanda, con un impacto que se extiende a toda la economía regional: contratistas, cooperativas, comercios y talleres barriales ven resentida su actividad.

Panorama incierto en la industria

El conflicto en Ternium y la situación en Acindar reflejan la fragilidad actual del sector siderúrgico argentino. El gremio metalúrgico advierte sobre un posible colapso productivo con consecuencias directas en el empleo y la economía de la región. Por ahora, el futuro de las dos plantas más emblemáticas de la industria permanece en alerta roja.