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Arquitectura: ¿Cómo surgió el color rosa en la famosa película Barbie?
Barbie ya se estrenó y es furor en todo el mundo. Para pintar el set la pintura del color característico, ese fucsia intenso, quedó en faltante en todo el mundo por la cantidad de litros que se necesitaron. Es así aunque no lo crean.
La directora Greta Gerwig, en este sentido, explicó que esto se debió a que para el set buscaba transmitir el mayor grado de "artificialidad" posible. La casa en la que vivirá Barbie en la película emula las casas de juguete de la reconocida muñeca, con sus ambientes pequeños y asfixiantes. Gerwig también indicó que además buscaba traer las sensaciones que había tenido con Barbie en su niñez.
Para la arquitectura, la escenógrafa de la película, Katie Spencer, junto a la directora de producción Sarah Greenwood, es inspiraron en los diseños de las casas modernistas del Palm Springs de mediados del siglo XX. Además, tuvieron que estudiar detalladamente una casa de las casas de juguete Barbie Dreamhouse para componer la escala: a la hora de conseguir la atmósfera de juguete, además del rosa brillante
Spencer y Greenwood contaron que debieron achicar la escala de los ambientes pensados para las personas. "El cielorraso está demasiado cerca de la cabeza de las personas, y sólo se necesita hacer un par de pasos para cambiar de habitación. Tiene el efecto extraño de hacer que las actrices y actores parezcan grandes en los espacios y al mismo pequeños", finalizó Gerwig.
La cineasta Greta Gerwig estaba determinada a hacer que el mundo de la muñeca estuviera saturado de este color hasta que fuera “casi demasiado”, por lo que el mexicano Rodrigo Prieto, director de fotografía, no dudó en hablarle de la importancia y el valor artístico del rosa de su país, el rosa mexicano.
Inspirado por las bugambilias en las calles, los textiles utilizados en la indumentaria tradicional y la arquitectura de Luis Barragán, el nominado al Oscar convenció a Gerwig y a la directora de producción, Sarah Greenwood, de incluir esta tonalidad en la cinta. “Ellas no lo conocían y les gustó”, explicó Prieto a la revista Quién. Para Prieto, esta fue una de sus principales aportaciones a la creación de Barbieland, el universo de ensueño donde habita la protagonista de la historia.
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Este color tan emblemático tiene su origen en un parásito: la grana cochinilla. En tiempos prehispánicos se usaba este insecto disecado para obtener un tinte rojo que, después, se combinaba con otras sustancias para crear tonos de naranja, violeta, y rosa, por lo que era común verlo en distintos objetos y piezas de arte en todas partes del país.
En la actualidad, el rosa mexicano forma parte de la gama cromática cotidiana. Está en los edificios históricos construidos por los legendarios arquitectos Luis Barragán y Ricardo Legorreta, entre ellos la Casa-Estudio Barragán y el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey, respectivamente. En 2015, Ciudad de México adoptó el tono como una de sus insignias, por lo que también se puede ver en documentos oficiales, logotipos y hasta en los taxis que transitan por la capital.
La campaña de mercadotecnia de Barbie y la nostalgia por los juegos y la imaginación de la infancia han desatado un fenómeno muy especial: por las calles se puede ver a grupos de amigos vestidos de rosa de pies a cabeza, en los salones de manicure el rosa es el tono más pedido de la temporada, y en los cines se han agotado los productos temáticos, demostrando que el impacto de la cinta va más allá de las cifras de la taquilla. Todo el mundo se ha pintado de rosa.