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Después del escándalo, Odebrecht pretende seguir operando

11/06/2017 - Pretende pagar una multa de 2.600 millones de dólares y seguir presentándose a las licitaciones y obtener nuevos contratos de obra pública.

ARGENTINA.- La constructora brasileña investigada en el Lava Jato tras admitir que pagó sobornos por U$S 788 millones en doce países para obtener contratos de obra pública.  

Con una multa de 2.600 millones de dólares, Odebrecht pretende seguir operando. Cuenta en la actualidad con dos monitores por tres años "para prevenir hechos de corrupción". Uno es del Departamento de Justicia de los Estados Unidos y otro es del Ministerio Público Fiscal de Brasil. Cada gasto por encima de los 100 dólares debe rendirse, se audita cada movimiento y ningún negocio se puede cerrar sin la autorización de los monitores.

Está "intervenida" de hecho. No tiene opción, "debe dejar de coimear para continuar en el mercado", dice con cierto descreimiento una fuente oficial. La Justicia argentina tiene tres causas contra la empresa por corrupción y sobreprecios. Durante tres años tendrán a los monitores supervisando cada movimiento ya que la firma que tenía "controles inadecuados para prevenir hechos de corrupción", señalan fuentes de Odebrecht. Se contrató además, 50 personas para trabajar en “compliance”, para la prevención de delitos financieros.

El gigante brasileño en 2014 contaba con más de 190.000 empleados directos (hoy son 80.000). Hoy es -aún en medio de la investigación por lavado de dinero y corrupción que recae sobre ella-, la principal constructora de América Latina. Tracciona en la economía de su país, donde no hay intención de que pese a los sobornos que admitieron haber pagado, deje de operar.

Con Marcelo Odebrecht preso, una de sus principales autoridades y uno de los que firmó la delación premiada, la constructora removió 77 cargos directivos y busca "empezar de nuevo", como ellos promueven. La Justicia brasileña ordenó que la firma continúe activa con dos monitores (uno es del Departamento de Justicia de los Estados Unidos y otro es del Ministerio Público Fiscal de Brasil) que intervienen en todas las operaciones que realiza la empresa: desde lo más cotidiano hasta los acuerdos más relevantes.

En caso de buscar nuevos contratos de obra pública, o líneas de crédito como recientemente, los monitores revisan cada aspecto y finalmente, autorizan o no a que se concreten las operaciones. La auditoría es constante con cuestionarios que buscan determinar "intenciones en obtener nuevas obras" y sobre todo, "cómo se obtuvo y bajo qué condiciones". Siguen siendo una empresa investigada por corrupción, con un exhaustivo control fiscal.

Si los directivos de la empresa, en cualquiera de sus sedes, realizan gastos por encima de los 100 dólares, están obligados a rendirlos; explicar si mantuvieron reuniones con quién fue y con qué finalidad. La sospecha del "modus operandi" para sobornar "funcionarios en varios países", como sostiene la justicia argentina, sigue vigente sobre Odebrecht.

Fuente: Clarín 



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