Construcción
Materiales importados vs. nacionales: qué conviene hoy para construir en Argentina
Construir en Argentina sigue siendo un desafío atravesado por la economía y las decisiones de la política, y una industria de la construcción que todavía no termina de consolidar una recuperación firme. En ese escenario, la elección de los materiales dejó de ser una decisión técnica para convertirse en una variable clave del negocio: definir entre insumos importados o de producción nacional puede modificar sensiblemente el costo final de una obra y sus plazos.
Según estimaciones del sector, hoy el costo de construcción medido en dólares se mantiene en niveles históricamente elevados, muy por encima de los valores de la etapa prepandemia. Esto obliga a desarrolladores, constructores y particulares a revisar cada partida con lupa.
Dónde pesan más los materiales importados
Los insumos importados siguen teniendo un rol relevante en rubros específicos. Ascensores, sistemas de climatización central, carpinterías de aluminio de alta prestación, vidrios especiales, sanitarios premium y equipamiento tecnológico concentran buena parte de los productos que dependen del exterior.
En estos casos, los precios están fuertemente atados al dólar y a los costos logísticos, y suelen presentar saltos abruptos cuando se producen cambios en el tipo de cambio o en las condiciones de acceso a las importaciones. A esto se suma la incertidumbre en los plazos de entrega, un factor que muchas veces termina encareciendo indirectamente la obra.
Materiales nacionales: mayor previsibilidad, pero sin precios bajos
La producción nacional ganó protagonismo en los últimos meses, no solo por una cuestión de disponibilidad sino también por previsibilidad. Ladrillos, cemento, cal, hierro, pinturas, cerámicos, yeso y gran parte de los insumos básicos provienen de proveedores locales y permiten planificar mejor los tiempos de obra.
Sin embargo, esto no implica precios accesibles. Los costos de los materiales nacionales también muestran aumentos sostenidos, impulsados por la inflación, la suba de tarifas, los costos logísticos y la presión salarial. En algunos rubros, los valores actuales duplican o triplican los de hace cinco años, incluso medidos en dólares.
La brecha de precios y el impacto en el presupuesto
En términos generales, los materiales importados suelen encarecer entre un 20% y un 40% determinadas partidas de una obra, especialmente en proyectos de media y alta gama, aunque muchos dicen también que este tipo de materiales del exterior son muchísimos más baratos, ahí hay diferentes opiniones. En desarrollos más chicos o en viviendas unifamiliares, esta diferencia se vuelve aún más sensible y lleva a optar por alternativas nacionales o mixtas.
Muchos desarrolladores están rediseñando proyectos para reducir la dependencia de insumos importados, sin resignar calidad, reemplazando productos premium por opciones locales de buena performance. La tendencia es clara: optimizar costos sin comprometer la comercialización.
Qué están eligiendo hoy los desarrolladores
En el actual escenario, la mayoría de los proyectos adopta esquemas híbridos: estructura y terminaciones base con materiales nacionales, y uso selectivo de importados solo en aquellos elementos donde el diferencial de calidad o durabilidad lo justifica.
Además, crece la negociación directa con proveedores, la compra anticipada de materiales críticos y el acopio como estrategia para evitar futuras subas. En obras chicas y refacciones, el criterio es aún más conservador, priorizando disponibilidad inmediata y control del gasto.
Una decisión que ya no es solo técnica
La disyuntiva entre materiales importados y nacionales dejó de ser una cuestión de preferencia o diseño. Hoy es una decisión estratégica que impacta en la rentabilidad, los plazos y la viabilidad misma de los proyectos.
En un mercado todavía cauteloso, construir implica elegir con precisión, adaptarse a un contexto cambiante y encontrar el equilibrio entre costo, calidad y previsibilidad. En ese escenario, los materiales nacionales ganan terreno, mientras que los importados quedan reservados para segmentos específicos y proyectos de mayor escala.