Arquitectura
Casas Pasivas: la revolución silenciosa que promete facturas de luz casi a cero y ya es tendencia mundial
Imaginar una casa donde el invierno se siente como una primavera en el interior, sin necesidad de prender la calefacción; o imaginar un verano agobiante afuera, mientras adentro se mantiene una temperatura fresca, sin depender del aire acondicionado, no es una utopía; es la promesa de una “Casa Pasiva” o Passivhaus. Un concepto de construcción que está redefiniendo el confort y la eficiencia energética.
La “Casa Pasiva”, es una vivienda diseñada para maximizar la eficiencia energética y el confort térmico minimizando la necesidad de sistemas de calefacción o refrigeración convencionales y ya ha dejado de ser un nicho para convertirse en un movimiento global. Según el Passivhaus Institut de Alemania, a principios de 2025, ya existen más de 65,000 edificios certificados en todo el mundo, abarcando desde viviendas unifamiliares hasta edificios, escuelas y hospitales.
Las tendencias de 2024 confirmaron una aceleración notable, especialmente en Europa y América del Norte, impulsada por dos factores clave: la crisis energética y la creciente legislación sobre emisiones de carbono en la edificación. Ciudades como Bruselas (Bélgica) y Vancouver (Canadá) ya han adoptado principios Passivhaus como normativa obligatoria para nuevas construcciones. Se estima que el mercado global de materiales para edificios de energía casi nula, donde Passivhaus es el estándar de oro, creció más de un 15% solo en 2024.
¿Cómo se logra? Una “Casa Pasiva” no depende de complejos sistemas activos, sino de un diseño inteligente y principios básicos. Javier Maltz, presidente de Andima (Asociación de Industrias de Materiales Aislantes) detalla las características más sobresalientes de una Casa Pasiva:
-Aislación térmica eficiente: es el corazón del sistema. Una envolvente (techos, paredes y pisos) con materiales como la Lana de vidrio, Poliestireno Expandido o Poliuretano, impiden las pérdidas de energía. Considerando que el 50% del consumo de energía en un hogar se destina a la climatización, una correcta selección e instalación de materiales aislantes permite un ahorro de hasta un 70% en las facturas de luz y gas y una reducción del consumo total de energía de hasta un 35%.
-Envolvente térmica de alta eficiencia: ventanas con triple vidriado hermético (TVH) y marcos especialmente aislados, junto con un diseño estructural de uniones y esquinas que elimina completamente los puentes térmicos, garantizando una barrera térmica ininterrumpida en toda la envolvente (techos, paredes y pisos).
-Ventilación mecánica: un sistema de ventilación controlada extrae el aire viciado y recupera su energía (calor o frío) para transferirla al aire fresco que ingresa, garantizando una calidad de aire superior sin derrochar climatización.
Aunque el fenómeno es global, Argentina no se queda atrás. El movimiento Passivhaus ha ganado una tracción significativa en los últimos años. La primera casa certificada Passivhaus de Latinoamérica se construyó en 2017 en la localidad de Canning, Buenos Aires, marcando un hito fundamental. Desde entonces, el interés ha crecido exponencialmente. “Durante 2024 y 2025, hemos visto un aumento en las consultas y proyectos en desarrollo, como en la Patagonia, donde el ahorro en calefacción es drástico, o la región de Cuyo, donde se busca combatir el calor extremo del verano”, comenta Maltz.
Para que el estándar Passivhaus pase de ser una tendencia a una solución masiva, el compromiso de la industria es clave. “En Andima, estamos convencidos de que nuestros asociados tienen la capacidad y la tecnología para proveer los materiales de aislación térmica de alta calidad que este tipo de edificación requiere”, enfatiza el experto y agrega: “Fomentamos la construcción de casas pasivas y consideramos que es una política energética, ambiental y de salud pública”.
Las “Casas Pasivas” permiten:
-Reducir la dependencia de los combustibles fósiles y la vulnerabilidad ante la volatilidad de precios.
-Disminuir drásticamente las emisiones de CO2 del sector residencial.
-Aliviar la presión sobre las redes eléctricas, evitando cortes en picos de consumo.
-Crear viviendas más saludables, confortables y resilientes al cambio climático.
“La pregunta ya no es si podemos construir estas casas en Argentina. La tendencia mundial y los casos de éxito locales lo confirman. La pregunta es cuán rápido podemos escalar esta solución. La tecnología existe, los materiales están disponibles y los beneficios son innegables”, concluye Maltz.