Oficinas que suman valor: el nuevo mapa del trabajo corporativo

Muchos imaginamos un futuro dominado por el trabajo remoto. Sin embargo, hoy la oficina vuelve a ocupar un rol central como espacio de productividad, cultura y pertenencia.

Lo vemos con claridad en los grandes centros urbanos del mundo. En Estados Unidos, por ejemplo, varias compañías líderes están impulsando la presencialidad plena. Esta decisión tiene un impacto directo en el mercado de oficinas clase A, especialmente en ciudades como Nueva York, donde los edificios obsoletos pierden valor mientras se revalorizan los espacios modernos, sustentables y tecnológicamente equipados.

En Argentina, la transformación sigue su propio ritmo, pero las señales son claras. Las empresas buscan reducir metros, sí, pero al mismo tiempo están dispuestas a invertir en calidad. El objetivo es ofrecer a los equipos entornos atractivos, que sumen valor y mejoren la experiencia laboral.

Es decir que no se trata únicamente de reconfigurar escritorios. Las empresas están poniendo el foco en espacios que combinen eficiencia y experiencia del usuario. Buscan ubicaciones estratégicas, buena conectividad, luz natural y diseño flexible.

Cada vez más compañías priorizan edificios con certificaciones sustentables, infraestructura tecnológica de primer nivel, áreas colaborativas, terrazas, comedores, gimnasios y servicios integrados que fomenten el bienestar y la interacción del equipo.

Según datos recientes, en el primer trimestre del año la absorción neta de oficinas premium en Buenos Aires superó los 15.000 m², el mejor registro desde el inicio de la pandemia.

Pero más allá de los metros cuadrados, lo que está en discusión es el sentido mismo de la oficina. ¿Para qué se vuelve? ¿Qué función cumple ese espacio en una cultura laboral cada vez más dinámica?

El modelo tradicional, con escritorios asignados y estructuras rígidas, está en retirada. Apenas el 14% de las compañías a nivel global mantiene ese esquema. El resto avanza hacia diseños flexibles, con espacios colaborativos, buena conectividad, luz natural, áreas comunes y servicios integrados.

Lo que las empresas buscan hoy es crear espacios que reflejen su identidad, que transmitan valores, que fomenten el bienestar y la interacción. Además, el trabajo en equipo mejora resultados. En ese contexto, la oficina se convierte en una herramienta estratégica, un activo cultural y emocional.

La autora es la directora de Branson Real Estate