Situación económica
¿Qué está pasando con las empresas que dan empleo en la industria de la construcción?
Según el último informe de coyuntura del Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción (IERIC), se percibe una pérdida de empleadores y advierte también sobre la reducción de la capacidad productiva del sector.
Como indican los registros del organismo, en julio de este año la cantidad de empleadores en actividad en la construcción registró una baja interanual de 0,2%. Aunque en apariencia se trata de un retroceso relativamente bajo, el número de empleadores actuales se encuentra 10,3% por debajo del nivel que había en igual mes de 2023. “Lo que significa que en tan solo dos años se extinguió más de una décima parte de las empresas que daban trabajo en la construcción”.
Asimismo, el IERIC advirtió que, dejando de lado el 2020, año atípico por la pandemia, es necesario retroceder hasta 2006 para encontrar un registro más bajo de empleadores activos en la industria. En otras palabras, el entramado empresario de la construcción se achicó hasta niveles que no se veían en casi veinte años. Lo que constituye una señal de alarma para la economía en general, dado el rol multiplicador que este sector tiene sobre la generación de empleo y la actividad económica.
Al respecto, el presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), Gustavo Weiss, indicó que “la industria tuvo una caída muy grande. El motivo es la obra pública nacional totalmente parada y obras privadas de construcción de edificios que están muy tranquilas. No diría paradas pero sí muy tranquilas, debido a que hoy los desarrollos no tienen rentabilidad, por el aumento del costo de la construcción. Así que la combinación de las dos cosas hace que hoy la industria esté pasando un momento complicado y eso se verifica rápidamente en el empleo”.
Empleadores de la construcción: ¿Qué pasó en las provincias?
El informe reveló además una fuerte disparidad entre los distintos territorios del país. Mientras que en las grandes jurisdicciones, es decir, los distritos con mayor peso económico y poblacional la caída fue del 1,4% interanual, las restantes jurisdicciones mostraron un desempeño positivo, con una suba del 2,1%.
Sin embargo, el peso relativo de las grandes jurisdicciones sobre el total nacional hace que el balance general sea negativo. De hecho, el nivel de empleadores en esas regiones se ubica en su punto más bajo de las últimas dos décadas, con excepción de 2020. Para encontrar un valor inferior es necesario retroceder hasta 2005, lo que da cuenta de la magnitud del deterioro.
Dentro de este grupo, el retroceso más marcado se verificó en la provincia de Buenos Aires. Mostró una baja del 2,7% en la cantidad de empleadores respecto de igual mes del año anterior. Por el contrario, algunas provincias del interior lograron expandirse y amortiguar parcialmente la caída nacional. San Juan (+10,2%), Formosa (+7,7%) y Corrientes (+7,0%) resultaron os distritos con mayor crecimiento en la cantidad de empleadores. Aunque la contracción en los grandes centros urbanos tuvo un impacto mucho más fuerte.
El contraste territorial se refleja también en el hecho de que ocho provincias cerraron julio en terreno negativo. Contra seis que mostraron bajas en junio. En este grupo se destacó el caso de Santa Cruz, que registró una fuerte caída del 6,9%.
El perfil de las empresas más afectadas
El proceso de contracción no impacta a todas las empresas por igual. Las empresas unipersonales fueron las más golpeadas, con una baja interanual del 2,5%. Lo que en términos absolutos equivale a la desaparición de 134 empleadores en el último año. Este dato no es menor, ya que este tipo de estructuras son las más frecuentes en la construcción, sobre todo en obras pequeñas o medianas. Y su reducción refleja el retroceso de los eslabones más débiles de la cadena.
Según el IERIC, las sociedades anónimas también mostraron una caída interanual, aunque más leve (-0,2%). En términos de actividad, tanto las constructoras/contratistas (-0,1%) como los subcontratistas (-1,7%) se ubicaron en terreno negativo. Revirtiendo así la divergencia que se observó en meses anteriores, cuando los subcontratistas lograban mantenerse a flote a pesar del retroceso de las firmas principales.