2025-06-03

Actualidad

Piden atraer inversión extranjera para dinamizar a la industria de la construcción

En el marco de la Convención Anual de la Cámara Argentina de la Construcción, expertos internacionales consideraron que Argentina necesita un plan monetario y productivo en el cual la construcción juega un rol central.

Especialistas en política internacional plantearon la necesidad de atraer inversiones extranjeras a la Argentina, y en especial a la industria de la construcción, en su condición de “motor de la economía”.

Además, remarcaron la importancia de construir un Estado eficiente para establecer reglas de juego, insertarse en forma amigable en un mundo multipolar, y tener en cuenta los alineamientos políticos.

En el marco de la Convención Anual de la Cámara Argentina de la Construcción estas declaraciones fueron planteadas por por Sergio Berensztein, consultor y analista político; Diego Guelar, político y exembajador argentino en Estados Unidos y en la República Popular de China; y Carlos Pérez Llana, Politólogo y exdiplomático.

En ese contexto, Guelar sostuvo que “hoy tenemos un mundo dividido entre occidente y oriente, ya no es capitalismo y comunismo. La primacía ideológica de occidente se llama Donald Trump. Hay un debate cultural con oriente, y un debate interno en el mundo occidental entre la derecha dura y la centroderecha”.

“Argentina no está mal ubicada. Antes de fin de año se hará el acuerdo Mercosur-UE. Hay muy buena relación con Estados Unidos y China. Nuestra situación es equilibrada y hay que conservarla”, dijo.

Consideró necesario “acordar un Estado que gaste 25% del PBI -como busca Javier Milei-, que era lo que recibió Néstor Kirchner. Ahora, el Estado tiene que ser un actor fundamental, que ya ha ajustado su tamaño, concentrar su eficiencia. Necesita un plan monetario y productivo, en el cual la construcción juega un rol central, y un acuerdo político, porque no hay otro camino que un gobierno de coalición. Lo mejor que hicimos en 40 años fue el Mercosur, un acuerdo que significa paz, es nuestra identidad, que no se negocia. Estamos en el cono sur de América. Por eso hay que hacer un gran lobby en Beijing para que grandes empresas inviertan en el sector privado de la construcción argentino”.

En tanto, Berensztein explicó que “el mundo tiene hoy volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad. Convivir con este mundo requiere capacidades, entrenamiento y talentos distintos a los que teníamos acostumbrados. Para Argentina esto implica un desafío mayor, porque recién estamos haciendo reformas estructurales en este contexto nuevo. La globalización ha quedado en el pasado. Es un mundo más trabado, un mundo de Estados”.

“La Argentina quedó con un Estado grande, incapaz y fundido. Hoy se hace todo con licuadora y sin coordinación para favorecer el interés nacional, que es el Acuerdo de Mayo, que se firmó el año pasado y nunca se cumplió, porque el sector privado está fragmentado. No hay un plan estratégico ante un mundo en el que las ventajas se van a obtener con la capacidad de negociación. Hoy tenemos que saber qué Estado queremos. Y cuando esté ese plan, el sector privado tiene que definir la columna vertebral para crear uno capaz para sostener políticas en el corto y mediano plazo”, señaló.

El politólogo agregó que “la Argentina históricamente se miró el ombligo, y tiene que mirar al mundo, ponderar más los factores internacionales que los locales. En las decisiones económicas hay negocios para hacer aún en las peores circunstancias. Las personas pasan y los intereses quedan. Trump tiene 3,5 años por delante sin reelección. Que Milei se lleve bien con él es bueno, pero sin estrategia, solo la coyuntura no sirve”.

A su turno, Pérez Llana destacó que “está ganando el mundo del conflicto, con menos reglas y más fuerza, y eso es más Estado. El GAFI hizo un ranking de la riqueza mundial para 2050: 20% China, 15% Estados unidos, 15% india y 10% la UE. El termómetro para seguir adónde va el mundo es que ninguno tiene la garantía de seguridad de EEUU”.

Consideró que Ucrania “es el mejor ejemplo. Vladimir Putin quiere reconstruir la Unión Soviética. La mayor parte de la derecha europea se financia con bancos rusos. Pero la derecha europea también está tomada por la idea de la gran Rusia como fuerza que hay que parar”.

“El poder de Estados Unidos hoy lo explicamos con lo que pasó el 21 de mayo pasado, cuando Moody´s bajó la calificación de la deuda americana. Y por la renuncia y retirada de Elon Musk del gobierno de Trump, cuando el New York Times publicó que se droga, y eso fue determinante para él y su situación en el gobierno y empresas. Es una caída fundamental, y es un triunfo para un grupo que quiere sacar al gobierno de Trump del capitalismo tecnológico”.

Para el politólogo, “China va a avanzar para terminar el tema Taiwán, porque nadie lo va a defender. India tiene una fragilidad interna imposible de arreglar. Son 1.500 millones de habitantes y 20% es población islámica, que complica la integración ante un partido gobernante que se embandera con el nacionalismo hindú y la religión. La hipótesis de conflicto con Pakistán está latente. Este es un mundo de depredadores y mucho más de pasiones que constituyen una geopolítica que hay que observar. Por eso el que está informado está medio salvado. Hay que observar el interés y no las ideas del otro, sino entramos en el plano religioso. Saber qué paso, tener olfato para saber por dónde pasa el poder en el mundo”.

“El que dice que está alineado automáticamente, pierde, porque la autonomía es relativa. Y pensando en el fenómeno Trump, es mejor ir acompañado con el Mercosur, que ir solo. El riesgo de los alineamientos automáticos y profundos es que voy a compartir los enemigos del otro, y no siempre a los amigos del otro. Hoy en Argentina no hay una vocación por atraer y ser amistoso, y un punto central para eso es el discurso público”, explicó.

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