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Por la escasez de algunos insumos, la construcción podría frenar su ritmo

13/11/2017 - El boom del sector comenzó a encontrar límites en su crecimiento debido a que algunas empresas proveedoras no ampliaron su capacidad productiva en línea con la expansión prevista.

ARGENTINA. - El boom de la construcción, la actividad estrella de la economía productiva que lleva siete meses creciendo a un ritmo superior al 10%, comenzó a encontrar sus limitaciones en las últimas semanas ante la escasez de algunos insumos básicos. Así lo confirmaron a LA NACION distintas fuentes del rubro, que alertaron que ya enfrentan algunos "cuellos de botella" que pueden llegar a ralentizar la ejecución de obras, dada la falta de previsión que tuvieron las empresas proveedoras del sector al demorar en responder al estímulo que recibían de la demanda con inversiones que sirvieran para ampliar la oferta de productos y asegurar la sustentabilidad de su expansión.

"Se trata de faltantes que no van a detener la actividad, pero ayudarán sin duda a ralentizarla un poco, y dejan a la vista que las inversiones, salvo algunas muy puntuales, tardaron en reaccionar, tal vez porque minimizaron la potencia del plan de infraestructura del Gobierno", observó Juan Chediack, vicepresidente 1º de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco) y titular de la constructora homónima.

Los mayores problemas están vinculados con la provisión de piedra partida para la mezcla del hormigón, pero también se empiezan a percibir demoras en el acceso al cemento, la provisión de asfalto y la entrega de caños para gasoductos. Incluso en el sector imaginan que estas dificultades, que incluyen además la escasez de fletes, serían mayores si la actividad este año hubiera estado menos afectada por eventos climáticos.


"Las cementeras están llegando al límite de su capacidad productiva. En octubre se llegó al máximo histórico de consumo de cemento, con 1.150.910 toneladas mensuales, lo que hace un total de 9.940.021 toneladas acumuladas en los primeros diez meses del año", apuntaron en el Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción (Ieric).

El fenómeno es la contracara del sostenido impulso que ganó la obra pública y del dinamismo que el despegue del crédito hipotecario le dio en los últimos meses a la obra privada, a partir de la reactivación del mercado inmobiliario.

Y plantea inquietudes de cara al futuro, dado que el Gobierno acaba de anunciar los primeros 52 proyectos del plan de infraestructura que prevé ejecutar en la modalidad de asociación público-privada (PPP). Los proyectos implican una inversión superior a los US$ 20.000 millones durante 2018 e incluyen la construcción de 2800 kilómetros de autopistas y 4000 kilómetros de rutas, el mejoramiento de vías de ferrocarriles de carga, la construcción y/o adecuación de complejos penitenciarios y hospitales, el emplazamiento de nuevas líneas de alta tensión y la construcción de soluciones habitacionales, según el detalle que acompañó la presentación del proyecto de presupuesto del año próximo. "Los primeros a licitarse corresponden a los corredores viales y las líneas de transmisión eléctrica", detalló José Luis Morea, coordinador de la unidad de PPP del Ministerio de Finanzas.

Inversiones en cemento

El faltante de piedra está relacionado con la insuficiente inversión en canteras y comienza a percibirse en cemento con la producción casi a tope de las empresas del sector, que sólo ahora parecen haber reaccionado para ampliar su capacidad. De hecho, Holcim Argentina (ex Minetti) acaba de lanzar una convocatoria a su asamblea -a celebrarse el 5 de diciembre- para reducir su capital y volcar parte de esos recursos a la importación de siete buques con hasta 41.700 toneladas de Clinker para moler en su planta de Campana y atender la sostenida demanda de cemento.

En tanto, Loma Negra acaba de abrir su capital a la Bolsa para captar US$ 954 millones que su controlante (el conglomerado brasileño Camargo Correa) usará en la mayor parte para reducir su deuda en el país vecino y aplicar el resto en una inversión para duplicar la capacidad de producción de su planta local (L'Amali, en Olavarría), que pasará de 2,2 millones a 4,9 millones de toneladas, aunque sólo para fines de 2019. De allí que se cree que parte del desencuentro temporal entre demanda y oferta de cemento se supliría importando este insumo por barcaza desde Uruguay.

Límites "previsibles"

Para el economista Ramiro Castiñeira, de la consultora Econométrica, los límites que comienza a encontrar el boom de la construcción eran previsibles, dado que la Argentina "venía con una economía estancada desde hacía cuatro años y una tasa de inversión ínfima". Por esta misma razón entiende que estos cuellos de botella van a repetirse en otros rubros de actividad y "se terminarán erigiendo como un límite a la capacidad de crecimiento de la economía, que podrá flexibilizarse si al fin se dinamiza la inversión, lo que parece está empezando a suceder".

El peligro de encontrarse con esta situación ya había sido advertido por la Camarco en su plan estratégico 2016/2025 para el sector, un documento en el que planteó la necesidad de que las empresas proveedoras de la actividad previeran la necesidad de duplicar su capacidad productiva, para que un plan de infraestructura como el que necesita el país para bajar sus costos productivos se pudiera lograr sin enfrentar tensiones de precios o cuellos de botella que pudieran postergarlo. Pero ese mensaje de alerta, redactado por el economista Ariel Coremberg, no fue escuchado.

Juan Chediack, que hoy participa con su constructora de unas 25 obras públicas en distintos puntos del país, dice que los mayores problemas de provisión se verifican en Córdoba, "porque al auge de obra nacional se agregó el de obra provincial, que había comenzado el año anterior", y deja algunos ejemplos del impacto que tiene en el ritmo de ejecución de tareas en la ruta 33, que une Bahía blanca con Rosario y donde ya hay atrasos de "dos o tres meses".

La previsión es que este tipo de situaciones comience a generalizarse de ahora en más, con las dudas que eso supone para los programas de obras a punto de ser lanzados.




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