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China: ¿Por qué la burbuja inmobiliaria no termina de estallar?

- Surgen nuevos frentes de preocupación desde el gigante asiático. Al temor por la desaceleración de su economía, se suman más pronósticos negativos en relación a su sector inmobiliario.
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ARGENTINA.- No obstante, si bien los analistas advierten que las consecuencias de una burbuja podrían ser graves a nivel global, coinciden en que es poco probable que China sufra un colapso inmobiliario como el que aquejó a Estados Unidos. En momentos en los cuales la economía de USA viene dando indicios de recuperación e incluso la de Europa también, la desaceleración de China se ha convertido en uno de los drives que más miran los analistas internacionales. Ayer el Banco Mundial dijo que espera que el gigante asiático crezca un 7,6% este año, aunque aclaró que esto dependerá del éxito que tengan los esfuerzos relacionados con el restablecimiento del equilibrio. No obstante, un aspecto de la economía china que está encendiendo señales de alarma tiene que ver con el sector inmobiliario. En ese sentido, el último informe de Moody's predijo que la actual caída de la demanda de viviendas en China durará más que los dos ciclos bajistas anteriores, debido al equilibrio económico puesto en marcha y los altos inventarios de casas. "Pronosticamos que la actual caída dure más que los dos ciclos bajistas en 2008 y 2011, ya que es improbable que el Gobierno elimine las restricciones a la compra de casas", afirmó Franco Leung, vicepresidente de la agencia calificadora. Además, el crédito interno y las condiciones de liquidez no parecen probables que se relajen, mientras que el crecimiento económico es probable que continúe bajando, advirtió . Si bien las condiciones en las que se encontraba EE.UU en el año 2005 cuando surgió la crisis inmobiliaria son muy diferentes a las condiciones de China de este año, algunos sugieren que el efecto de un ajuste en este mercado sería muy perjudicial para la economía mundial. "El principal factor de riesgo pasa por el exceso de construcción. China sufrió el último año una caída del nivel de la construcción del 24,5% debido al exceso de oferta y al endurecimiento de las condiciones crediticias impulsadas por el gobierno. El resultado de esa caída explica prácticamente el 100% de la caída en la tasa de crecimiento real del PIB (7,9% del último trimestre del 2012 a 7,4% hoy)", explica Gabriel Rubinstein, en su último informe. Debido a que el nivel de oferta sigue siendo muy elevado, algunos análisis sugieren que por primera vez China podría soportar una caída de precios inmobiliarios del 2% el próximo año. "Si bien se corren ciertos riesgos como un efecto negativo sobre la riqueza o incluso un revés en la confianza del consumidor, un ajuste más crítico con impactos de magnitud requeriría de un pánico inversor, algo que parece improbable, debido a diferentes factores que protegen a China de estos resultados", afirma el economista. De todos modos, este tema no es nuevo y ciertamente, los analistas llevan años preocupados sobre una eventual crisis en el mercado inmobiliario en China. "Los precios siguen subiendo en las grandes ciudades internacionales como Beijing y Shanghai. Pero se acumula la evidencia en decenas de ciudades de tercera y cuarta importancia que no son visitadas por extranjeros, de que el exceso de construcción está fuera de control y ya se observa una importante desaceleración del mercado", decía una nota del Wall Street Journal. Como muestra, un botón: las aproximadamente 200 ciudades chinas -cuya población fluctúa entre 500.000 y varios millones de habitantes- representan 70% de las ventas de inmuebles residenciales del país. En muchos de estos lugares, los promotores inmobiliarios están rebajando los precios y ofreciendo muebles de cocina y espacios de estacionamientos gratuitos, en un intento por reducir su vasto inventario de propiedades sin vender. Los deudores hipotecarios, por su parte, están empezando a protestar porque sus inversiones pierden su valor. Sin embargo y en coincidencia con el comentario de Rubinstein anterior, los economistas no consideran probable que China sufra un colapso inmobiliario como el que aquejó a Estados Unidos hace unos años, dado que las familias chinas no se endeudan tanto como las estadounidenses para comprar casas y habitualmente hacen un pago inicial de al menos 30% del valor de la propiedad. De todos modos, aunque el mercado se mantiene sólido en las ciudades más importantes, es un hecho que el valor general de las viviendas vendidas en los primeros dos meses de 2014 cayó 5% frente a un año antes, según estadísticas oficiales. Incluso, datos del sector privado indican que el descenso continuó en marzo.

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